“Sé quiénes se comportaron mal con mi hijo y lo hicieron de mala leche”, sostuvo el Pepe. “Peñarol en lo directivo a veces da pena”, afirmó.
La frustrada llegada de Claudio Herrera de River Plate a Peñarol fue una de las novelas del mercado de transferencias del invierno de 2018. Dos días antes de finalizar el período de pases el lateral rescindió su vínculo con los darseneros a los efectos de quedar libre y firmar con los carboneros, pero la operación quedó trunca por diferencias dentro de la Comisión de Pases y Contrataciones mirasol.
“Primó lo que ha primado en los últimos años en Peñarol, que es la lucha entre varios grupos para ver quién tiene más poder, el egoísmo y todo eso que ha hecho que Peñarol en lo directivo a veces dé pena”, contó a Radio Oriental José Herrera, padre de Claudio, campeón de América con los aurinegros en 1987 y actualmente trabajando en la representación de futbolistas para el Grupo Casal.
El Pepe Herrera recordó que aquel pase “estaba completamente hecho”. “Había un interés de Peñarol para que (Claudio) formara parte del plantel. Estaba conversado con los dirigentes que yo creía que eran los más importantes, y con los que había conversado cuando llevé otros jugadores como Lucas Hernández, Maxi Olivera y Giovanni González. Hablé con las mismas personas de siempre”, narró.
“Claudio tenía que rescindir porque estaba en los últimos dos días del período de pases. Lo hicieron rescindir (un jueves) para que al otro día firmara. Incluso lo habían citado temprano en la mañana para que fuera junto con Gonzalo de los Santos a hacerse la revisación médica. Al otro día a la mañana surgió todo el problema entre ellos y pararon todo”, rememoró.
Claudio Herrera firmó la rescisión el jueves 19 de julio de 2018 y el otro día empezaron las complicaciones. Que el sábado comenzara el Torneo Clausura con el debut de Diego López en la dirección técnica (1-1 con Racing en el Campeón del Siglo) no hacía que hubiera que definir de inmediato el pase, pues el futbolista se encontraba en condición de libre y podía sumarse la semana siguiente. Sin embargo, el lunes 23 el Consejo Directivo le bajó le pulgar.
“Tengo una rabia que la voy a tener hasta el día en que me muera. Sé quiénes fueron los que se comportaron mal y lo hicieron de mala leche. Hasta el día en que me muera tengo tiempo para cobrarla. Algún día me la van a pagar. No se comportaron mal conmigo; se comportaron mal con mi hijo, que no tenía nada que ver con nada”, agregó José Herrera, quien valoró a “River, su directiva y el cuerpo técnico” porque “se portaron muy bien”, ya que un par de meses más tarde reincorporaron a su hijo al plantel.
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