El fundador de Microsoft anunció que está trabajando en anticipar problemas de distribución que podrían surgir a escala mundial ante una eventual vacuna.
Bill Gates, fundador de Microsoft, lamenta que sus palabras sobre los riesgos de una “pandemia mortal” no fuesen escuchados en el pasado.
A
pesar de habló al respecto durante años, y en el año 2017 anunció una
coalición para dar con innovaciones que se preparasen ante los peligros
epidemiológicos, el COVID-19 demostró que el mundo simplemente no estaba preparado.
“Me siento terrible. Todo el punto de hablar sobre eso era que pudiésemos tomar acción y minimizáramos el daño”, explicó a The Wall Street Journal.
“Desearía haber hecho más para llamar la atención sobre el peligro”, remarcó uno de los hombres más ricos del mundo.
Al mismo tiempo, Gates subrayó que la industria
farmacéutica nunca ha desarrollado una nueva vacuna en menos de cinco
años, pero se mostró esperanzado de que una vacuna de COVID-19 podría
estar disponible en 18 meses.
Claro que en un
escenario en el que su fundación ya ha destinado $100 millones de
dólares en fondos para mejorar la detección, aislamiento y tratamiento
del COVID-19, Gates ahora anunció que está trabajando con ejecutivos
farmacéuticos para resolver problemas que podrían surgir a futuro en la
distribución de una eventual vacuna en una escala mundial.
Uno de esos problemas es que existan suficientes viales de vidrios, pues Gates remarca que “nadie ha hecho 7 mil millones de vacunas". Pero al menos ahora espera que su aporte de prevención sirva.
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