Bajar de peso a los 20, a los 40 o años después representa retos diferentes pero los hábitos saludables siempre importan.
Lucía se puso a dieta por primera vez a los 17 años, luego la
actividad social la hizo descuidarse y volvió a hacerlo a los 22. Con el
correr de los años probó con diferentes dietas mágicas pero no obtuvo
resultado por el conocido efecto rebote. Llegados los 50, dejó de
intentarlo y ahora tiene problemas de sobrepeso. ¿Por qué cada vez se le
hace más difícil?
Sin importar el género, la
edad y el nivel socioeconómico, la clave para disminuir de peso está en
generar un balance energético entre lo que la persona come y lo que
gasta. Según dijo la nutricionista Florencia Ceriani –docente de la
Escuela de Nutrición–, si bien solo se necesita de esta ecuación para
bajar de peso, "las necesidades de energía van variando en la vida, en
general por la edad y por la actividad física". Es decir, las diferentes
etapas requieren distintos esfuerzos y planes para lograrlo.
Por su parte, Any Rodríguez, licenciada en nutrición e instructora en fitness, sostuvo que el descenso
de peso puede ser cuesta arriba a cualquier edad si la persona no es
consciente de lo que genera tener kilos de más. "Más allá del combo del
metabolismo y gasto energético que pueda venir por parte del organismo,
lo principal es tener voluntad y para tenerla hay que ser consciente de
lo que ocasionan esos kilos", dijo. Solo con actividad física o solo con
dieta, no es posible obtener el resultado deseado. Se necesita una
combinación.
Problema sanitario
La comida chatarra y el sedentarismo no colaboran con el bienestar físico de las personas. Lo que muchos no entienden es que estar en forma y no tener sobrepeso va más allá de lo estético, ya que es un asunto de salud. En Uruguay, según datos de la 2ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades No Transmisibles, el 64,5% de los de los adultos de entre 24 y 65 años tienen sobrepeso y/o obesidad.
La
obesidad prácticamente se duplicó entre 1980 y el 2008 en todo el
mundo. En el caso de las Américas la prevalencia del sobrepeso y
obesidad es la más alta: 62% de sobrepeso para ambos sexos y 26% de
obesidad en mayores de 20 años.
Se entiende por
obesidad y sobrepeso a la "acumulación anormal o excesiva de grasa que
puede ser perjudicial para la salud", según indica la Organización
Mundial de la Salud. Para medirla, debe observarse el índice de masa
corporal (IMC), es decir, el peso de una persona en kilogramos divididos
por el cuadrado de la talla en metros. Si la persona tiene un IMC igual
o superior a 30 es considerada obesa y con un IMC igual o superior a 25
está con sobrepeso.
Tener obesidad o sobrepeso puede ser un factor de riesgo para ciertas enfermedades crónicas, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
Hoy
en día es una de las mayores preocupaciones para los expertos de salud,
pero es prevenible y tratable si se atiende en el momento
correspondiente.
Adolescente y jóvenes
Durante la adolescencia y la adultez temprana –antes de llegar a los 30 años– es el momento más sencillo para bajar de peso, siempre y cuando el individuo se proponga un cambio de hábitos: una dieta adecuada y ejercicios.
Rodríguez explicó que hay mayor
probabilidad de generar un gasto calórico mayor a lo que aporta la
ingesta. Esto repercute en un balance energético negativo y, por
consecuencia, hay un descenso de peso.
En esta
etapa, el organismo tiene un proceso mucho más acelerado. Una serie de
reacciones que están en el cuerpo aún siguen en crecimiento y ayudan a
que el gasto energético sea cada vez mayor. "Si tenemos una alimentación saludable, hacemos ejercicio y encima tenemos ese gasto energético, el bajar de peso es mucho más fácil", indicó.
La
única desventaja de ese momento es que los jóvenes suelen tener un gran
desorden alimenticio. Muchas veces tienen poco tiempo entre el trabajo,
el estudio y la actividad social, lo que hace más difícil cocinarse y
organizarse.
Para Cecilia del Campo,
deportóloga de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, en la
adolescencia y juventud es fundamental el rol de los compañeros, tanto
los que critican como los que estimulan. Cada ejercicio físico tiene
diferentes resultados, pero para esta edad puede ser más entretenido
hacer baile, zumba, fitness, entre otras.
"A
los 20 y a los 30 es más sencillo adelgazar, después puede ser más
complicado por un tema hormonal", indicó Florencia Ceriani.
Entre los 30 y los 40
Los individuos no hacen las mismas actividades a medida que van pasando los años. Entre los 30 y 40 años se comienza a tomar un poco más de consciencia de los malos hábitos de la juventud. En general, las personas intentan moverse un poco más o mejorar su alimentación. Sin embargo, el metabolismo empieza a enlentecerse y bajar de peso ya no es tan sencillo. "Se enlentece el organismo porque hay cambios hormonales y ya no nos acompaña todo el gasto energético que teníamos antes. Tenemos un poco un poco más de voluntad, pero el gasto no es el mismo", opinó Ceriani.
También es una etapa en la que se
acude a todo tipo de dietas mágicas, pero el efecto rebote termina
destruyendo los resultados en cuestión de días.
La
experta sostuvo que, en general, las mujeres se vuelven "dietantes". Es
decir, desde la adolescencia empiezan a hacer diferentes dietas y
cuando llegan a esta edad, el acostumbramiento conlleva a que la
resistencia sea mayor y sea más difícil comprometerse a largo plazo.
"Todos esos factores hacen que no sea lo mismo adelgazar a edades
tempranas a cuando sos más grande", indicó la nutricionista.
Una
vez que las obligaciones familiares empiezan a ser parte de la rutina,
disminuir de peso puede convertirse en algo tedioso. Según Del Campo, la
persona tiene que disponer de al menos 30 minutos de ejercicio al día.
Si
a alguien no le gusta caminar, concurrir a clases de baile puede ser
una buena idea. "Hay que hacer ejercicios que realmente muevan los
músculos", apuntó.
Después de los 40
Entrar
en los 40 no es sencillo para nadie, tanto porque cambia el físico como
porque, además, afecta lo psicológico. Sin embargo, con dieta y
ejercicio se puede disminuir de peso.
Con el
paso de los años, aumenta la masa grasa y disminuye la magra, lo que
provoca que el gasto energético y el bajar de peso cueste más.
Además,
las mujeres corren con la desventaja de la menopausia, la que genera un
cambio hormonal con el descenso de los estrógenos. Por tanto, "la
localización de la grasa comienza a ser visceral y no queda tanto en
las caderas como antes", recordó Ceriani.
Es un
momento en el que suele ser común que el cuidado del peso se vaya de
las manos y luego, a los 60 años, haya ganado la frustración por exceso
de peso.
Llegaron los 60
Para
el adulto mayor puede ser más dificultoso bajar de peso. Ceriani
sostuvo que lo importante a esta edad es alcanzar un peso posible e
intentar mantenerlo en el tiempo.
Aquí ya no
hay que esperar llegar a un peso ideal, sino reducir lo metabólicamente
necesario. Una persona que es obesa puede prevenir el impacto de
enfermedades asociadas reduciendo entre un 5% y un 10%. "A veces no es
necesario plantearse una reducción de 40 kilos, sino que con tener menos
peso ya es positivo", agregó.
Al mismo tiempo,
para Del Campo, el adulto mayor arrastra un componente social muy
fuerte. Por ello, juntarse con personas de su edad o en lugares
específicos los ayuda.
"Siempre buscamos
soluciones mágicas a la hora de perder peso pero no las hay. La base
siempre va a estar en una alimentación saludable, pero que a su vez se
mantenga en equilibrio con una actividad física y que logre equilibrar
la balanza de ingesta de gastos. De esta forma, la cuenta debe dar
negativa y se puede bajar de peso a la vez que se genera masa muscular
que es metabólicamente más activa", concluyó Ceriani.
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