Empezó flojito, terminó en partidazo. Serbia y Suiza se repartieron el reloj (qué paradoja), se prestaron la pelota y por momentos jugaron lindo fútbol. Todo con el condimento de una definición en el cierre, con el golazo de Shaqiri, quien se sacó toda la bronca junto con su camiseta para mostrarle al mundo, y a los que lo silbaron 90 minutos, sus músculos y su origen kosovar, región en la que nació y que se independizó de Serbia.
Pero más allá de las cuestiones políticas, fue un partido de fútbol en el que Serbia arrancó mejor, con los desbordes por ambas bandasy centros cruzados que complicaron a Suiza. Así se cortó Tadic y se la sirvió a Mitrovic para que los de rojo arrancaran ganando cuando iban apenas cuatro minutos de juego.
Suiza, lejos de achicarse, empezó a soltar a sus creativos y tuvo algunas chances en los pies de Dzemaili, quien no las pudo aprovechar. De todas maneras, el empate se olfateaba y la posesión de pelota cambió de dueño. Ahora los de Petkovic mostraban otra cara y merecían largamente el 1-1, que llegó con un golazo de Xhaka en el segundo tiempo: la calzó de zurda y entró como un misil.
El trámite se mantuvo similar durante los 90 minutos, con chances para ambos aunque Suiza fue más claro en cuanto a la posesión. Pero cuando el partido estaba 1-1, los suizos le hicieron un sanguchito a Mitrovic en lo que fue un penalazo de acá a la China: el árbitro alemán Brych no sólo cobró falta para los de blanco, sino que retó al 9 de Serbia. Un papelón avalado por los responsables del VAR, quienes le tendrían que haber avisado que al grandote lo estaban tomando entre Lichtsteiner y Schaer.
Esa manito que les dieron a los helvéticos fue clave para el desarrollo final. Se agrandaron a partir de los pies de Shaqiri, tuvieron más peso en ofensiva con Mario Gavranovic y Embolo también aportó su cuota. Así, Suiza controló el último tramo y no bajó los brazos hasta el final. Apareció una contra letal de Shaqiri, con una definición exquisita, y a otra cosa todos los insultos que los hinchas le habían dedicado. Ahora, el Grupo E, el que incluye a Brasil, está más caliente que nunca, ya que los sudamericanos tienen que enfrentarse con Serbia en la última fecha. ¡Tremendo!
Fuente: (Ole.com.ar)
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