Ataca Nacional
Todos recuerdan el gol de Rodrigo Aguirre en el clásico del Torneo Apertura. Llegó cuando se jugaba el último suspiro del partido y Peñarol vencía 1-0 con gol de Junior Arias. Lo que pocos recuerdan, es que el goleador tricolor, había ingresado a los 58 minutos de juego, y en ese momento, el delantero de punta titular era Hugo Silveira. El recambio se dio en el momento justo, y a partir de sus rendimientos y sus goles, Nacional tuvo su primer gran cambio en la ofensiva.
Hoy, la realidad es otra: Aguirre es el titular indiscutido y Hugo Silveira una de las alternativas que maneja Martín Lasarte en la ofensiva. El esquema táctico del entrenador tricolor es claro: 4-2-3-1 con una línea de cuatro definida, dos volantes en el medio, y tres medias-puntas que se posesionan detrás del único delantero de área. ¿Saldrá a jugarlo así? ¿Pondrá tres volantes? Si mantiene la figura, irían Tabaré Viudez, “Papelito” Fernández y Kevin Ramírez y como punta definido Rodrigo Aguirre.
El ataque de Nacional ofrece una variante respecto al clásico anterior por el Campeonato Uruguayo: la de Aguirre por Silveira.
Ahora, si coloca un tercer volante, puede pasar a un “falso” 4-3-3 con Sebastián Rodríguez en el medio, o a un 4-4-2, retrasando a Viudez y soltando más arriba a “Papelito” junto a Rodrigo Aguirre.
La figura que proponga Lasarte tendrá incidencia en el ataque, porque si suma un volante más, saldrá Kevin Ramírez y apostará a una dupla atacante.
El movimiento táctico de hoy puede resultar clave para saber cómo va a conformar el equipo.
Si va con dos puntas, cambia. “Seba” Fernández más cerca del área es un jugador con peso. Tiene un plus: ha hecho goles y es especial en los clásicos, es de los futbolistas que crecen ante la presión.
Nacional tiene potencial de mitad de cancha hacia adelante. Velocidad por las bandas, jugadores explosivos, con cambio de ritmo y con muy buena técnica en el uno a uno, capaces de dejar marcas por el camino con un amague.
En el área está su mayor poderío, porque tanto Rodrigo Aguirre como “Seba” Fernández son letales cuando tienen la pelota en su poder.
Habrá otra defensa en Peñarol: Varela y Formiliano, intentarán frenarlos.
Ataca Peñarol
Cambia, todo cambia, y más en este Peñarol que buscó revertir el primer semestre del año en donde dio más en la herradura que en el clavo.
El equipo de este clásico poco y nada tiene que ver con el que jugó el encuentro ante Nacional del Apertura.
La mutación fue grande, y abarca todas las línea del conjunto aurinegro, donde Leo Ramos logró sumar jugadores de su ‘paladar’ futbolístico.
De atrás hacia adelante será muy diferente en su conformación, pero el ataque fue donde tuvo mayores variantes de un torneo a otro.
El clásico del Apertura tuvo a dos puntas: Junior Arias y Mauricio Affonso (hoy ninguno de los dos integran el plantel) y en el banco a Lucas Cavallini, otro que emigró y dejó a los aurinegros antes del inicio del Clausura.
También sumó a Fabián Estoyanoff, un polifuncional que juega como punta por afuera o como volante llegando por cualquiera de los dos carriles. Se siente más cómodo por derecha que por izquierda, pero puede caer por cualquier andarivel del ataque.
Con ellos en cancha, más el aporte en ofensiva que logró con “Maxi” Rodríguez, el aurinegro tuvo variantes importantes respecto al clásico que igualó en el pasado Apertura.
Pero no son los únicos con afán ofensivo, hoy el entrenador tiene más cartas de recambio porque también sumó a Cristian Palacios, y tiene en gran nivel al juvenil Diego Rossi.
Es otro ataque, con más hombres de área y mayor experiencia, como el caso del propio Estoyanoff, el único “sobreviviente” que habrá en cancha de la última victoria clásica de los aurinegros.
Hoy por hoy, son las armas de Ramos de cara al encuentro del domingo, armas muy diferentes a las que tuvo a su alcance en el Apertura, y enfrente, tendrá un nuevo escollo a vencer: la figura de Agustín Rogel, el juvenil que se quedó con el lugar de “Rafa” García.
Peñarol mutó. Y cambió nombres en el ataque. Tiene a Lucas Viatri, un delantero con las características que siempre buscó Ramos: potente, corpulento, con buen juego aéreo, que haga el “trabajo sucio” y desgaste a los zagueros rivales.
A ellos se le puede sumar el “Cebolla” Rodríguez, también por afuera, una de las variantes a las que apuesta Ramos.
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