El entrenador de Peñarol, Mauricio Larriera, mostró su alegría por la consagración del torneo Clausura y la Anual donde dijo: “estamos cambiando silbidos por aplausos” y mencionó que “ahora tenemos que confirmar el martes”.
“Fue un año muy duro”, comenzó diciendo Larriera en conferencia de prensa: “cuando llegué tenía un 99,9% de desaprobación, la gente no me conocía y de a poco comenzamos a cambiar silbidos por aplausos. Igual trato de tomar todo con mesura porque desde que terminó el partido apuntamos al martes donde buscaremos el Uruguayo”.
“El mejor equipo es aquél que hace más puntos, eso dejando de lado las formas y fuimos nosotros. Nos queda legitimar todo ese trabajo siendo campeones uruguayos, para eso nos queda superar un rival durísimo como Plaza”, agregó.
El camino
Larriera dijo que es muy difícil dirigir o jugar en Peñarol por la grandeza del club y recordó los momentos duros por los que pasó: “apareció la templanza personal que quizás no sabía que estaba y para mantenerme en este club hay que tenerla”.
“Mi papa falleció en el medio de los clásicos de la Sudamericana y no sé de dónde saque esas fuerzas, pero son cosas que uno descubre de si mismo” y recordó su llegada: “solo a Pablo Javier Bengoechea se le podría ocurrir esa locura de convocarme para dirigir el club y desde allí fue una montaña rusa de emociones”.
“Nosotros nos marcamos la frase ‘entre todos y todos juntos’”, confesó más tarde y explicó: “trato de no enforcarme en lo externo, manejando y gestionando las emociones del plantel para ir por el objetivo”.
Por el Campeonato
Mauricio Larriera también se refirió a lo deportivo y señaló que “hubo un momento en que ganaron las convicciones, porque tenemos una forma de jugar que quizás a mucho hincha no le agradaba. Fuimos a jugar de visitante y local, tratando de no ser radicales, pero que primara el funcionamiento que veníamos trabajando desde el arranque con los futbolistas”.
“A ellos hay que agradecerles”, dijo el DT y amplió: “fueron nobles y valientes para desarrollar lo que le pedíamos y lo terminaron adoptando como propio”.
“He tratado de no dimensionar lo que es esto, para ser yo y porque además podría paralizarme”, dijo sobre las tribunas repletas y un Campeón del Siglo que rugió: “representa mucho para mi y no me permito vender humo. Quería disfrutar de lo que es el estadio, la gente, ganar este campeonato corto, la anual. Pensar como llegué y como estoy”.
Y cerró hablando de la final ante los colonienses: “es uno de los mejores equipos del torneo, bien trabajado, que tiene merecido su lugar en la definición. Están muy bien dirigidos y serán durísimo. Hay que bajar la pelota al piso, descansar bien y será una lucha titánica porque siempre es así en el fútbol uruguayo”.
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