Peñarol jugó un pobre partido, cayó 2-0 ante Atlético y ahora deberá remontar en el Campeón del Siglo. Marcelo y Pablo anotaron los goles del local, mientras que Wanderson y Gabriel Fernández se fueron expulsados.
Primer tiempo.
Si el primer tiempo terminó sin goles fue por un responsable: Kevin Dawson. El coloniense tuvo más trabajó de lo normal y generó el malestar de los hinchas del Atlético Paranaense, un público que dejó muchos huecos en el espectacular Arena da Baixada y que el fantasma del descenso lo tiene a maltraer.
A los 10’, atajó un penal. A los 14’, sacó un remate de larga distancia con una volada espectacular. Y a lo largo de la primera media hora, descolgó cada uno de los centros que tiraron hacia su área. Se agrandó. Al menos eso pareció mirándolo desde afuera. Llevó la voz cantante del equipo ordenando a todos y dando indicaciones permanentemente.
Del juego aurinegro, poco y nada. La más clara la tuvo Gonzalo Freitas a los 5’. El volante estuvo cerca de convertir con un buen tiro libre que salió pegado al palo, pero el arquero estuvo atento y pudo rechazarla al córner.
Después, una corrida del “Toro” Fernández que no resolvió bien y nada más. Al equipo le costó encontrar circuitos de juego. Se centró más en cortar los avances del rival que en tomar la iniciativa y buscar por dónde lastimar a los brasileños.
En el último cuarto de hora, el aurinegro logró pararse mejor. No le dio como para realizar una transición limpia de defensa a ataque, pero al menos salió del ahogo en el que lo tuvo Paranaense. Como en el debut, volvió a dejar en claro que le faltó profundidad y que hay jugadores que son claves en este equipo y prácticamente imprescindibles.
Lo bueno: Wanderson vio la roja en la última jugada y agrandó el malhumor del local.
“Movete Manya, movete”, retumbó en el estadio en los últimos minutos antes del pitazo del árbitro y mientras Diego López, muy inquieto y casi adentro de la cancha, seguía hablando con sus dirigidos.
Segundo tiempo.
Con ese panorama, Peñarol tuvo todo como para salir a plantear el segundo tiempo de otra manera; el “Memo” mandó al “Cebolla” Rodríguez a la cancha, pero todo lo que tenía planificado se le vio modificado todo en un abrir y cerrar de ojos…
A los 60’, un pelotazo largo complicó a Giovanni González. El lateral se llevó puesto a Dawson, cuando ambos iban por cortar la incidencia, y la pelota le quedó solo a Marcelo que con el arco a disposición puso el 1-0.
Apenas un minuto más tarde del gol, el aurinegro recibió otro cachetazo. El “Toro” vio la segunda amarilla y dejó todo 10 contra 10. Prácticamente que Peñarol no tuvo tiempo como para aprovechar ese hombre de más.
El lacacino buscó ponerse el equipo al hombro, pero no encontró un socio.
Por eso, el DT decidió ponerlo más retrasado para intentar rearmar el juego y metió a Fabián Estoyanoff con el objetivo de explotar una de las bandas.Con la ventaja en el tanteador, Paranaense se replegó un poco y dejó jugar a la visita; pero Peñarol volvió a ser algo parecido a lo que mostró ante Racing: un equipo con tantas ganas como imprecisiones y pocas ideas para resolver situaciones del juego.
Así, se fueron los últimos minutos y también el partido. Peñarol fue y fue, pero sin profundidad. Encima, cuando volvió a quedar mal parado recibió el segundo tanto a 11 minutos para el final del encuentro. El mazazo final que marcaba que a esa altura lo mejor que le podía pasar era que el partido se terminara de una vez por todas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario