martes, 14 de julio de 2020

Alarcón reconoció que fue a Sudáfrica 2010 buscando llevarse a Tabárez a Nacional



“Nacional me desterró desde el momento en que los fanáticos se adueñaron del club”, aseguró el ex presidente de los tricolores.
Ricardo Alarcón fue el invitado de este lunes en el programa ‘El dos uno’, de DirecTV Sports, y fiel a su estilo habló de todo. Quien fue presidente de Nacional entre 2006 y 2012 se refirió a gestión al frente del club, a la de José Luis Rodríguez, la de José Decurnex, el Gran Parque Central, Eduardo Ache, Peñarol, Óscar Tabárez y Juan Ramón Carrasco.
El impulsor del término Cultura Nacional recordó aquel slogan y lo definió: “Son los valores que todos los seres humanos debemos tener. Nosotros, por una estrategia de comunicación, los asociamos al Club Nacional de Football. Cultura es una palabra universal y Nacional también. Cultura Nacional significa aquellos valores éticos que hacen que la convivencia entre los seres humanos sea la correcta”, explicó.

La Cultura Nacional “hizo que Peñarol hiciera su estadio”

“Los valores de la Cultura Nacional trascienden al fútbol y sacamos varios mensajes, como que ‘Nacional es más que fútbol’. Eso tenía muchas lecturas e implicaba muchas cosas. En aquellos momentos difíciles, en los que teníamos una lucha muy fuerte con las hinchadas, llegamos a un acuerdo con los hinchas para que, si querían una entrada, donaran sangre. Y armamos un club de donantes de sangre. Porque los técnicos nos hicieron ver que si donás sangre no estás drogado”, recordó.
“Los hinchas de Nacional pintaron el Parque, en una demostración de que entendían que era su propia casa”, sostuvo, y recordó que “la Cultura Nacional hizo que Peñarol hiciera su estadio”. “Esa competencia entre las instituciones hizo que en la vereda de enfrente se notaran las diferencias, que el club creciera fuertemente y que los otros tuvieran que reaccionar”, comentó, y dijo sentirse “respetado” por los hinchas carboneros, a tal punto que reveló que algunos le piden que vuelva al fútbol para ser dirigente mirasol.

Desterrado por los fanáticos

Claro que ese perfil conciliador le valió críticas, como cuando dijo, a pocos días de las finales de la Copa Libertadores 2011, que prefería que Peñarol fuera campeón frente al Santos. “Como hincha de Nacional debería preferir que Peñarol no la gane, pero como ciudadano en mi concepto, y lo que voy a enseñar a mis nietos, es que no es así. Porque cuando estoy de viaje y me encuentro en el exterior con un compatriota que viene a abrazarme, no le pregunto antes de abrazarme de qué equipo es. El fútbol es un deporte y siempre quiero que ganen los uruguayos. Si está jugando Nacional, que gane hasta a la bolita. Y si no está jugando Nacional, quiero que gane el cuadro uruguayo. No importa si es Peñarol”, argumentó.
Ese perfil que dista mucho del fanático tradicional lo llevó a decir que sentía que lo desterraron de Nacional “desde el momento en el que del club se adueñaron los fanáticos”. “Es muy importante que vos tengas tu ideología y tu pasión, pero los fanatismos son muy malos, sean de derecha o de izquierda. Esas son cosas que uno debe evitar. Los problemas que hay con la segregación de razas y de ideas filosóficas y políticas. En el fútbol eso ocurre también”, lamentó.
“Es como en un lago cuando tirás una piedra y se forman círculos concéntricos. A medida que esos círculos se alejan podés definir a los hinchas; los que están en el medio, donde cae la piedra, son los fanáticos. A medida que los círculos se van separando aparecen los hinchas y los simpatizantes, que son quienes actúan con mayor claridad y entienden porque tienen un pensamiento más generalista y un horizonte más largo. Los que votan son los fanáticos, y cuando votan los fanáticos Alarcón no tiene mucha suerte”, reflexionó.

Ache, el Puma, Decurnex y su propia presidencia

Al ser consultado por Eduardo Ache, opinó que “es un gran fanático y no está mal”. “Discrepamos absolutamente en el concepto de lo que es el fútbol. Para mí el fútbol es un deporte que se juega con amigos. Cuando era chico, si tenía la pelota, invitaba a mis amigos a jugar en mi equipo y en el adversario, pero no invitaba a mis enemigos. El fútbol es un deporte de amigos en el que tengo adversarios, no enemigos”, comentó, en clara respuesta al concepto de “ganar en todas las canchas” utilizado por Ache. “Tengo muy buena relación con él y lo respeto profundamente como un gran dirigente al que no voto”, puntualizó.
Tampoco votó a José Luis Rodríguez y calificó su gestión con cuatro puntos, dentro de una escala del 1 al 10. “Tuvo que pelear con lo que se encontró en ese momento y lo que él pensaba. Uno acierta y se equivoca pero hubo cosas de él que no me gustaron, como lo que pasó con el Parque Central, por ejemplo”, explicó, al tiempo que le puso un siete a la gestión de José Decurnex aunque tampoco lo votó.
A su propia presidencia le puso cinco puntos, más allá de considerarla “un ciclo exitoso en lo deportivo” y de remarcar que “ningún otro presidente entregó el mandato del club en mejores condiciones económico-financieras”. En esos seis años cree que Ángel ‘Matute’ Morales fue su mejor fichaje y Marcelo Gallardo el jugador que mejor lo representó dentro de la cancha. También eligió al Muñeco como el mejor entrenador de su período y opinó que Juan Ramón Carrasco merece una nueva oportunidad en el cuadro tricolor.

El fallido intento por Tabárez

No obstante, puso a Óscar Washington Tabárez por encima de Carrasco en su consideración y reconoció haber ido al Mundial de Sudáfrica con la intención de contratarlo. Por entonces Nacional estaba sin director técnico tras el alejamiento de Eduardo Acevedo luego de perder las finales del Campeonato Uruguayo 2009/10 a manos del Peñarol de Diego Aguirre, y tras él arribó Luis González, quien duró unos pocos partidos hasta la llegada de Carrasco.
“Con Daniel Barreiro, un gran dirigente que tuvo el club, habíamos llegado a la conclusión de que Tabárez debía ser el técnico de Nacional. Fui a tratar de convencerlo a Sudáfrica. Él estaba en la selección, pero era un hombre muy resistido. No sé si estaba despedido, pero el fútbol es muy ingrato y la cadena siempre se rompe en el eslabón más débil, que es el técnico”, rememoró.
“En algún momento iba a poder conversar con él, aunque no le iba a decir ‘venga a Nacional’. ¿Quién iba a pensar que la selección iba a obtener un resultado tan espectacular como el que obtuvo? Nunca llegué a tener la instancia, porque cuando vas a hablar con alguien tenés que encontrar el momento y la oportunidad. Yo, siendo Tabárez el técnico de la selección, no iba a meterle en la cabeza otra cosa. Lo que pensaba hacer en Sudáfrica era conversar con él y decirle que tenía interés de tener una charla en Uruguay. Pero no iba a hacerle ahí ese planteo”, concluyó.

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